

El Restaurante del Real Casino de Murcia es un lugar sorprendente, donde la magia de la cultura, el arte y la gastronomía se juntan para sorprender a los comensales. El enclave es de ensueño. Entrar al patio abovedado del Real Casino de Murcia para comer es todo un lujo. La iluminación natural es perfecta; relaja la vista y hace que la experiencia sea muy agradable. Por la noche para cenar, el ambiente sigue siendo excepcional. Aunque los socios disfrutan de un descuento especial en el precio, el establecimiento es como una película de Disney: para todos los públicos.
Dispone de varios salones: el Patio Azul, el Salón Español, ... cada uno con un estilo propio, pero todos con un ambiente único, como corresponde al emblemático edificio del Real Casino de Murcia, considerado por algunos como el alma de la ciudad.
Junto con el entorno, la profesionalidad de su equipo de sala con la supervisión de su maitre Javier Fernández, un servicio impecable, el buen atino para la selección de vinos de su sumiller Antonio Martinez y por su puesto una cocina sobresaliente, producto de calidad y saber hacer, de la mano de su responsable Francisco Manuel Reyes, hacen de este restaurante una opción imprescindible para los auténticos gourmets.
En nuestra visita disfrutamos de un menú degustación que tuvo a bien comenzar con una equilibrada pero potente de sabor "Crema de Cigala con su Crocant, Aceite de Anchoa y Aire de Coco". Para continuar con los entrantes un "Foie Curado en Costra de Pistacho con Mermelada de Naranja Sanguina y Arándanos" que resultó cuatro platos en uno ya que las combinaciones de sabores del acompañamiento hizo que cada comensal experimentara las combinaciones posibles, que por otro lado, todas eran acertadas.

Imagen Panorámica Momento de la Cena
A la hora de ponernos más contundentes, un superlativo y bien traido "Huevo de Corral con Setas de Temporada y Jugo de Buey" que levantó comentarios. Vaya por delante la licencia, "¡para mojar pan!".
Como representantes del pescado unas propuestas complejas de describir por la cantidad de sabores y matices, que además de la satisfación de la sinfonia de sensaciones en la boca, entretenía al comensal descubriendo cada una de sus sorpresas intentando dilucidar el origen. En primer lugar un sobresaliente y esmeradamente trabajado, y eso se nota, "Tártar de Salmón con Salsa Griega de Wasabi" altamente recomendable sin lugar a dudas.
Como segundo representante del mar, un "Tataki de Bonito con Almejas Confitadas y Salsa Marinera". Complicado describir la cantidad de sorpresas en un mismo plato. Quizá la única crítica de todo el menú e hilando muy fino, resultó con una textura un poco falta de jugo, aunque como todo el mundo sabe es la propia naturaleza del bonito.
Para terminar el menú y como representante de la carnes una "Carrillada de Ciervo con Castañas y Chuney de Pera y Manzana" elaborada durante más de 24 horas y cuyo acompañamiento encerraba momentos acidos, dulces y salados complementandose perfectamente.
Llegado el momento de los amantes de la cosa dulce, no hay mejor inicio que una "Espuma de Champagne" adornada con unos pistachos naturales y unas esferificaciones de frambuesa excepcionales. Sobrepuestos del grato prepostre, una creación llamada "Oda a la Ribeira Sacra" elementos de chocolate, mandarina, crema pastelera y pasta brick bien trabajados hicieron disfrutar a los socios del club para finalizar la velada.


Imagen Panorámica Momento de la Cena.
Juve & Camps Rosé y Juve & Camps Reserva de la Familia, no vamos a descubrir lo que todo el mundo sabe. Acierto seguro.
La sopresa de la noche estuvo a cargo del vino Miramar State Chardonay un vino californiano muy afrutado, intensos aromas a pera y a manzana, de paladar fresco, equilibrado y final largo. La particularidad de este vino nos comentaron es que no toca roble, se mantiene en barricas de acero exclusivamente. Un grato descubrimiento.
Acompañando a las carnes un clasico de Jumilla, Alma de Luzón.
Díficil papel el de Hechizo de Pedro Ximenez para acompañar a unos postres extraordinarios. Cumplió perfectamente.
La única recomendación posible y contrastada es la de visitar el Real Casino de Murcia y por supuesto su restaurante. Seguramente será una visita que comentará en más de una ocasión.