Si quieres sorprenderte y sorprender a acompañantes, no tienes más que ir al Restaurante Magoga de Cartagena, en la plaza del doctor Vicente García Marcos, más conocida como la Antigua Lonja. Muy cerca de la Asamblea Regional, donde diputados de buen diente ya han descubierto el lugar.
Allí, una joven pareja, ambos de 28 años, María Gómez y Adrián de Marcos, ella de Fuente Álamo y él de Madrid, llevan dos años trabajando duro durante para ofrecer la máxima calidad al mejor precio en el duro negocio de la restauración. Y lo consiguen, como pudimos comprobar los miembros del Club Murcia Gourmet que celebramos allí nuestra cena de Enero.
María y Adrián, Adrián y Maria, se conocieron trabajando en dos los templos del saber culinario en el País Vasco : en los restaurantes de Arzak y de Arguiñano. Y luego decidieron venirse a Cartagena.
Platos de inspiración tradicional pero con nuevas técnicas para mejorar el producto. El sabor es el santo grial que buscan estos dos restauradores.
La cena, celebrada el día trece, fue un verdadero festival de sabores que comenzó con unas algas gallegas ecológicas en vinagreta, marinadas con un Recadero reserva Brut Nature. Las algas proceden de un proveedor local de las tierras galaicas. Antes, nos habían obsequiado con un detalle de bienvenida: una crema de boniato con un trozo del mismo tubérculo
Posteriormente, pudimos degustar un Tartar de atún rojo de Almadraba acompañado de una Sidra EM Brut Nature, un giño a la tierras astures que, a servidor, acostumbrado a beber la sidra natural me sorprendió mucho.
Siguió la función con un Ceviche de Corvina acompañado de un Montenovo 2014 de Valdeorras.
El viaje por el norte de España continuó hacia el este, hacia Cataluña, con unos guisantes, Sepionet y Butifarra de Vic de la máxima calidad. El caldo acompañante fue un Baigorri blanco.
El rodaballo en salas verde estaba con berberechos marinada con el alvariño Tricó. Y luego Huevo, patata y trufa negra silvestre (el noroeste es un gran productor) con un Viña detrás de La Casa.
Las manitas de cerdo deshuesadas con langostinos de Vinarós fue la siguiente sorpresa antes del postre con un Les Cousins D.O. Priorat, ante la que los miembros del Club , gente no especialista ni experta, pero sí muy sincera, decidimos rendirnos.
Con colofón de una gran cena, un postre de altura. “Paulova”, verdaderamente espectacular, la gran estrella de la noche , y un Chateu Laribotte.
Enhorabuena a Maria y Adrián. Cartagena tiene un encanto más y disculpa para visitarla.
Crónica de Ismael Galiana (Garum), socio del Club Murcia Gourmet

